ALCOCER, CUNA DEL INFANTADO, EN EL TIEMPO Y LA HISTORIA
Alcocer
Trepando a la meseta o retorciéndose en múltiples curvas para descender a valles risueños, la carretera de Cuenca atraviesa las Alcarrias hasta bajar al ameno foso del Tajo; lo atraviesa por el histórico y empinado puente de Auñón que recuerda un encarnizado combate entre los franceses y guerrillas de El Empecinado, y luego continúa paralela al río por el dantesco desfiladero de las “Entrepeñas”, donde ya no puede leerse torpemente grabado en la roca aquel verso reflejo de maternal congoja, recuerdo de la trágica muerte del gentil y enamoradizo caballero Don Apóstol de Castilla, descendiente de Don Pedro el Cruel. Tras un recodo, queda a la derecha la villa de Sacedón; la carretera salta de valle a valle, deja admirar un momento las ruinas melancólicas del monasterio cisterciense de Monsalud, atraviesa Córcoles, y desde un altozano permite que se contemple la fértil Hoya del Infantado cruzada por el Guadiela; al fondo, entre montañas verdes, se columbra el desfiladero de Priego; en la campiña, varios pueblos minúsculos; a la izquierda, sobre pequeña loma respaldada por cerros moteados de olivos grises, una población grande para lo que da la tierra, señoreada por hermosa iglesia cuya torre de exornos góticos ostenta giraldeña silueta; estamos en la hidalga villa de Alcocer que ya suena en el poema del Cid, recuerda los hazañosos hechos de Alvar Fáñez de Minaya, los juveniles amores de Alfonso el Sabio, los enredos de Don Juan Manuel, la ambición de Don Álvaro de Luna y el exilio de un heredero de los Duques del Infantado a quien su padre desterró de Guadalajara porque había simpatizado con los Comuneros, y le hizo caminar más que aprisa sin importarle un ardite que su nuera estaba tan en meses mayores que hubo de detenerse en el monasterio de Lupiana para dar a luz.
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Entretenida e interesante como una novela es
la historia de esta villa, como la de otras muchas poblaciones de la provincia
de Guadalajara, meras sombras de un pasado glorioso; de mi agrado sería
contarla al lector muy por menudo. Sólo he de decir que su importancia fue
escasa hasta consolidarse la reconquista de la región en 1176 con la toma de
Cuenca por Alfonso VIII; en adelante la villa creció sin cesar para convertirse
de hecho en capital de los lugares del Infantado, nombre alcanzado por esa
campiña desde que Fernando III el Santo
hizo Señor de ellas a su hijo Don Enrique; y Alfonso X el Sabio queriendo
apartar de sí a su antigua amiga Doña Mayor Guillén de Guzmán ( si no fue ella
quien desengañada quiso apartarse del mundo) la hizo donación de las villas de
Alcocer, Cifuentes, Viana, y otros lugares hacia 1258; a Alcocer se retiró la
hermosa y discreta señora para fundar un convento donde se retiró la hermosa y
discreta señora para fundar un convento
donde se recogió hasta que Dios fue servido de llamarla a mejor vida, y en
Alcocer dejó su cuerpo que se conserva momificado y con señales reveladoras de
notable belleza (2). De Doña Mayor heredó el señorío su hija Doña Beatriz
habida con Alfonso el Sabio y casada con el rey de Portugal; de doña Beatriz
pasó a su hija la infanta Doña Blanca, más tarde señora y abadesa de las
Huelgas en Burgos, donde existe su magnífico sepulcro; fue Alcocer del
turbulento Don Juan Manuel, quien en el cercano pueblo de Salmerón acabó de
escribir su famoso libro “El Conde Lucanor”, más la posesión lograda por compra
fue efímera, ya que no la pagó; tras varias luchas sangrientas pasó el lugar al
infante Don Pedro y luego a Enrique de Trastamara, quien favoreció no poco a
Alcocer hasta regalárselo al marqués de Villena. Luego de pertenecer a la
familia Albornoz, heredó la villa el famoso Don Álvaro de Luna cuyos sucesores
al concertarse con Enrique IV le cedieron varios pueblos con Alcocer entre
ellos; cuando los Mendoza tuvieron más en rehenes que en guarda a la
Beltraneja, discutida hija de Enrique el monarca, para compensar los gastos
realizados por Don Diego Hurtado de Mendoza segundo marqués de Santillana, le
hizo señor de Alcocer, Salmerón y Valdeolivas, o sea, de los lugares y tierras
del “Infantado”, en 1471; hasta que en 1475 los Reyes Católicos, para premiarla
valiosa ayuda que este magnate les prestara, ascendieron el señorío a la
categoría ducal; los últimos hechos y fechas merecen ser resaltados para explicarse
las grandes ampliaciones hechas en la iglesia de Alcocer a fines delsiglo XV,
obras sin duda llevadas a cabo gracias a la ayuda pecuniaria de los duques,
quienes se distinguieron por su amor a la arquitectura y su gran cariño a la
villa principal del Infantado.
Francisco Layna Serrano
Boletín de la Sociedad Española de Excursiones
Madrid. Marzo, 1935
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Sumario:
Alcocer
Pág. 9
-I-
Alcocer
Los orígenes
Entre los tiempos remotos, y la reconquista
Alvar Fáñez de Minaya
Las segregaciones de Atienza
Pág. 13
-II-
El Señorío de Alcocer
Alcocer de los obispos y del Infante
El Infantado
Pág. 29
-III-
Mayor Guillén de Guzmán
Señora de Alcocer
Beatriz de Castilla, reina de Portugal, Señora de Alcocer
Blanca de Portugal, Señora de Alcocer
Don Juan Manuel
Las villas del Infantado
Pág. 39
-IV-
Las Relaciones Topográficas de Felipe II
Pág.67
-V-
Alcocer en el siglo XVIII
El Catastro de Ensenada
Pág. 75
-VI-
¡Guerra a los franceses!
El 2 de mayo
Alcocer en la guerra de la Independencia
Alcocer en el trienio liberal. Alcocer de Guadiela
Las guerras carlistas
Pág.91
-VII-
Alcocer en los tiempos del cólera
Alcocer en los tiempos del cólera
Un intermedio: Alcocer en los Diccionarios
Diccionario de Sebastián Miñano
Diccionario de Pascual Madoz
Diccionario Riera
El mercado de los jueves. La feria de Alcocer
La feria de San León
Mercado de los jueves
Alcocer fin de siglo
Pág. 119
-VIII-
Los inicios del Siglo XX, en Alcocer
La fiesta a través de sus crónicas
Los hermanos Sendín García-Hidalgo
El nuevo Grupo Escolar
Pág.141
-IX-
La Iglesia de Alcocer (1934/1936)
Marzo de 1934. La Iglesia de Alcocer
La iglesia de Alcocer, según Francisco Layna
La Iglesia Parroquial, según Juan-Catalina García
Alcocer en Guerra. Los tristes días de 1936
Pág. 153
-XI-
ALCOCER SIGLO XX
Crónicas dela Villa
Breves líneas sobre el convento de Santa Clara, de Alcocer
Alcocer, y sus gentes
A la sombra de su pasada grandeza
El pueblo de Alcocer, con Layna Serrano
La iglesia parroquial de Alcocer
La fiesta de las Mayordomas
Pág. 179
Apéndices
Alcocer en la España Mariana de Mariano Pérez Cuenca (1868)
Dotación del Convento de Santa Clara
Señalamiento de los límites de Zorita
Pág. 203
El Libro:
- ASIN : B09RB5XLSG
- Editorial : Independently published
- Idioma : Español
- Tapa blanda : 222 páginas
- ISBN-13 : 979-8408581214
- Peso del producto : 395 g
- Dimensiones : 15.24 x 1.4 x 22.86 cm
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