LA COLECCIÓN LITERARIA DE LOS PUEBLOS DEL COMÚN DE VILLA Y TIERRA DE ATIENZA
ALGUNOS TÍTULOS PUBLICADOS:
PALAZUELOS, SU CASTILLO Y SUS MURALLAS.
ALCORLO Y EL CONGOSTO.
Entre la Historia y el Agua
Alcorlo fue un pequeño pueblo de la
provincia de Guadalajara, situado en uno de esos lugares que hoy diríamos de
privilegio.
En un pequeño valle surcado por uno de los
principales ríos de la provincia, el Bornova. Cerrando el valle, dos grandes
promontorios rocosos, El Congosto, horadado de cuevas prehistóricas.
PALAZUELOS, SU CASTILLO Y SUS MURALLAS.
CORONA DE LOS MENDOZA
Palazuelos es
uno de esos hoy pequeños pueblos de la provincia de Guadalajara, a medio camino
entre Sigüenza y Atienza; pedanía de la primera, a la que desde hace
prácticamente cincuenta años pertenece como pedanía.
Un pueblo con
castillo, murallas y caserío, que ha sabido conservar su esencia un tanto
medieval, por el que, en cualquier momento, pudieran aparecer aquellos
personajes que han forjado su historia, o le han dado nombre.
BUSTARES Y EL ALTO REY
Hubo un
tiempo en el que, sin caminos que lo señalasen, atraídos por esa sana
curiosidad de subir a lo más alto y otear cuanto más horizonte mejor, los
hombres subieron a lo alto y nos dejaron sus reseñas.
Y a
pesar de que los tiempos han pasado, el Alto Rey siempre estuvo allí, y lo
continuará estando, aunque de los pueblos que lo miraron falten las gentes.
Allá arriba quedarán las leyendas vivas del monte mágico de la Serranía.
CAMPISÁBALOS. ADUANA DE CASTILLA
Campisábalos
(Guadalajara), es hoy conocido por ser uno de los lugares con el aire más puro
de Europa.
El
alejamiento de las capitales, y por ello de los principales focos de
contaminación, lo ha permitido. También ha hecho, ese alejamiento de los
principales caminos, y de las grandes ciudades, que la tierra se haya ido
despoblando poco a poco, hasta pasar a pertenecer a ese mundo de la España
vaciada, en la que apenas se encuentra un habitante por kilómetro cuadrado.
Sin
embargo fue, la tierra de Campisábalos, una de las principales del Común de
Villa y Tierra de Atienza, y por tanto, de Guadalajara.
Los
grandes rebaños de ovejas que por aquí pastaban hacían dos veces el camino, uno
de ida y otro de vuelta, a los pastos extremeños; y por aquí pasaron decenas,
cuando no miles, de carros de sal que desde las salinas de Tierra de Atienza
subían, por el camino Salinero, al centro de distribución de Burgos y a los
alfolíes de Salamanca o Segovia. En Campisábalos se encontraba la última
frontera de la sal de tierra de Atienza.
ALBENDIEGO. DONDE LA PIEDRA SE HACE ARTE
Albendiego
(Guadalajara) es nombre que suena a historia lejana, tanto que nos invita a
descubrir su pasado; o al menos dedicar unas páginas a una población que fue
importante, en habitantes y arte, a lo largo de la historia, y que el avance de
los siglos ha condenado al silencio y la
despoblación.
Suena el nombre mucho antes de la reconquista cristina de esta parte de
la tierra de Atienza. Nombre que se irá repitiendo a través de los siglos,
desde que por vez primera, o segunda o tercera, que nunca la historia, o los
historiadores, se pondrán de acuerdo, en los años finales del siglo XI o en los
comienzos del XII.
VILLACADIMA. TIERRA DE SILENCIO
Villacadima fue uno de los pueblos más representativos de la
arquitectura ganadera serrana, que también los hay, de la provincia de
Guadalajara.
Surgió con anterioridad a la Reconquista cristiana de la tierra, como
evidencia su nombre árabe, y perteneció, tras ella, a la Tierra de Atienza,
antes de incorporarse poco tiempo después a la de Ayllón, en la que se mantuvo
al menos desde el siglo XIV al XIX, perteneciendo durante estos a las
provincias de Segovia y Burgos, pasando a la de Guadalajara en 1833.
Población principalmente ganadera, en la que hicieron fortuna los
hidalgos Sanz Merino, fue sumamente castigada durante los años de la invasión
francesa y Guerra de la Independencia, al formar parte de la Junta de Defensa
de Burgos el cura de la localidad; quedando establecida en su término, durante
algunos años, no sólo la estructura financiera, también la imprenta de aquella
Junta, hasta ser apresada en el vecino pueblo de Grado del Pico.
CANTALOJAS. TIERRA DE FRONTERAS
CANTALOJAS (Guadalajara), es una población
situada en la llamada Sierra Norte de la provincia, también conocida como
“Serranía de Atienza”, en el límite de las provincias de Guadalajara, Soria y
Segovia.
Perteneció a la provincia de Segovia, y
más tarde a la de Burgos, entre la Reconquista y el siglo XIX. Viviéndose en su
término alguno de los episodios más dolorosos de la llamada “Guerra de la
Independencia”.
Es la tierra natal de Pedro Gordo, Mártir
de la Independencia y Benemérito de la Patria; de Damián Gordo, obispo que fue
de Tortosa; De Cantalojas descienden los Marqueses de Casa Oriol, y unos
cuantos personajes ilustres más.
En Cantalojas se celebra, anualmente, una
de las pocas ferias de ganado que quedan en la provincia de Guadalajara; por
sus calles discurren “Los Cencerrones”, recordando el folclore de sus
antepasados; y en su término se encuentra uno de los Parques Naturales, por sus
características, más interesantes de Europa: El Parque Nacional del Hayedo de
la Tejera Negra.
CAMPISÁBALOS. ADUANA DE CASTILLA
Campisábalos
(Guadalajara), es hoy conocido por ser uno de los lugares con el aire más puro
de Europa.
El
alejamiento de las capitales, y por ello de los principales focos de
contaminación, lo ha permitido. También ha hecho, ese alejamiento de los
principales caminos, y de las grandes ciudades, que la tierra se haya ido
despoblando poco a poco, hasta pasar a pertenecer a ese mundo de la España
vaciada, en la que apenas se encuentra un habitante por kilómetro cuadrado.
MIEDES DE ATIENZA.
La tierra que el Cid cabalgó
El libro que cuenta el hoy y el ayer de la localidad serrana
El libro que cuenta el hoy y el ayer de la localidad serrana
Tiene, Miedes de Atienza, un cierto aire
de ciudad en miniatura. De pueblo grande con historia escondida tras cada una
de las grandes casonas que orlan la gran plaza en la que ahora se sitúa su
Ayuntamiento, y en torno a la cual, actualmente, se desarrolla gran parte de su
vida. A don José de Veladíez y Ortega de Castro le hubiese gustado verlo. Ver
cómo todo gira, en Miedes de Atienza, en torno a su gran casa; como cuando él
se encontraba entre los vivos y se asomaba a sus balcones para dirigirlo todo
desde ellos; lo de acá, y lo de allá.
La de don José de Veladíez era quizá una de
las casas más grandes de la villa, y puede que de la comarca; sin que quedasen atrás
las de sus hijos, que custodian la primitiva; la de don Francisco, por la
izquierda y la de don Roque, por la derecha.
SOMOLINOS, Y SU LAGUNA
Se encuentra Somolinos en la Sierra Norte de
la provincia de Guadalajara, prácticamente en los límites de esta provincia con
las de Segovia y Soria.
La
antigüedad de la población se remonta más allá del siglo XII, cuando la comarca
fue conquistada para la corona castellana por las tropas de Alfonso el Batallador.
Su
tierra, se vio favorecida por el transcurrir de las aguas que dio origen a su
famosa Laguna, a cuya vera surgieron industrias de papel, eléctricas, de cobre
y, por supuesto, harineras.
En
las páginas siguientes nos acercamos al antes y al después de la población, a
sus gentes y a la historia, hasta donde nos ha sido posible llegar, para
descubrir uno de los pueblos más encantadores, por su entorno, de la provincia
de Guadalajara, siempre por descubrir.
UJADOS Y SU ENTORNO
Ujados,
en la sierra Norte de Guadalajara, es uno de los pueblos que se encuentran en
la más que literaria “Ruta del Cid”; también en la ruta de los llamados “pueblos
rojos”, por el color de la piedra con la que se levantan sus casas más emblemáticas.
En
los límites de las provincias de Guadalajara y Soria, por su tierra pasó una
importante parte de la historia, de la provincia, y del reino de Castilla,
puesto que se encontró durante algún tiempo en el límite entre la tierra de
Castilla y las extremaduras por conquistar.
Tierra
cerealista, y de ricos ganaderos emigrados a las capitales nacional y
provincial a partir del siglo XVIII, perteneció desde el siglo XV a la llamada “Tierra”,
o condadillo de Miedes de Atienza, desgajado de la tierra de Atienza e
integrado, hasta su definitiva inclusión en las tierras del ducado del
Infantado, en las de Medinaceli.
A
través de estas páginas nos adentramos en el ayer y el hoy de un pueblo
sencillo, con muchas cosas por contar.
HIJES Y SUS ANTIGÜEDADES
La
hoy pequeña población de Hijes, en la provincia de Guadalajara, saltó a la
prensa nacional a mediados del siglo XIX cuando en las cercanías de la población
fue encontrada una de las mayores necrópolis de España, con cerca de 1.500
sepulturas alineadas. Le dieron el nombre de “Las antigüedades de Hijes”.
Pero
la población ya era una de las más significativas de la sierra Norte de
Guadalajara. Enclavada en el antiguo Común de Villa y Tierra de Atienza, hasta
que fue desgajada de este para ser entregada en recompensa de servicios al
conde de Medinaceli, quien la vendió esta tierra al Conde de Coruña y Vizconde
de Torija, la única posesión que en esta parte de la provincia mantuvieron,
hasta el siglo XIX, los Suárez de Figueroa.
CONDEMIOS,
TIERRA DE PINARES
Dos son los pueblos que en la provincia de
Guadalajara llevan el nombre de Condemios, de Abajo, y de Arriba; ambos
separados por apenas unos cientos de metros, y con una historia, prácticamente, común.
Destaca
entre ambos Condemios de Arriba, por su extensión y número y habitantes, hoy
como ayer.
Ambos
se encuentran en la Sierra Norte de Guadalajara, y pertenecieron al antiguo Común
de Villa y Tierra de Atienza, en el límite de las provincias de Guadalajara,
Soria y Segovia.
ALCOLEA DE LAS PEÑAS, Y MORENGLOS
Libros que cuentan historias de nuestra tierra.
ALCOLEA
DE LAS PEÑAS (Guadalajara), fue uno de los numerosos pueblos cuyos orígenes se
remontan, como poco, a la Celtiberia.
En su término fueron excavadas las
necrópolis de Valdenovillos, de donde fueron extraídas numerosas piezas
pertenecientes a ajuares funerarios, en la actualidad pertenecientes al Museo
Arqueológico Nacional.
ALCOLEA DE LAS PEÑAS, Y MORENGLOS. El libro, pulsando aquí
Fue también tierra de sal, cuyas salinas
explotaron en remotos siglos los romanos, después los árabes y más tarde, tras
la reconquista, los cristianos, que tomaron el pueblo que pasó a pertenecer al
Común de Villa y Tierra de Atienza.
Su paso, por el que discurre el río Alcolea
que da nombre a la población, o al contrario, quizá una de las muchas
al-Qualailas del centro peninsular,
donde se levantó una torre vigía o castillete, sobre las mismas peñas en las
que se asienta el actual pueblo, horadadas por la mano del hombre para crear en
ellas lo que pasó a denominarse “la cárcel”.
Su iglesia de San Martín es un pequeño
monumento que nos recuerda a las fortalezas medievales; surgida en el románico
y renovada en el siglo XVI, manteniendo una estructura seguida en la comarca, y
tal reformada por los mismos artífices que llevaron a cabo la de la iglesia de
la Santísima Trinidad de Atienza.
ANGÓN Y EL CASTILLO DE IÑESQUE, O INESQUE
Angón
Angón se encuentra en la provincia de Guadalajara, en la comarca de la
Serranía, que formó, siglos atrás, el Común de Villa y Tierra de
Atienza. Comarca situada al Noroeste de la provincia, como punto de
unión entre los sistemas montañosos Central e Ibérico, donde se forman
una buena parte de las serranías provinciales, entre las cimas del Pico
Ocejón y Alto Rey.
Las características geográficas de la zona, y de
manera especial las rutas carreteras, fueron determinantes en el origen y
posterior desarrollo de las aldeas del Henares y del Bornoba, a las que
Angón pertenece, de relieves escarpados y pendientes laderas, entre las
que destacan lomas y cerros de escasa altura, sin apenas pasos
intermedios, pero rodeando el macizo primario formado por gneis,
pizarras y cuarcitas, se tienden valles secundarios de suaves pliegues
en los que la erosión ha ido abriendo terreno, arrastrando los suelos
arcillosos quedando en las partes altas páramos calizos de mala calidad,
salvo para el pastoreo o la ganadería, habiéndose tratado a partir del
siglo XVIII de roturar tierras con el fin de dedicarlas a la
agricultura, como ocurrió no sólo en Atienza en 1874, sino que
anteriormente también se había experimentado aquella roturación en
Gascueña de Bornoba, siendo por otra parte una constante en la zona, a
pesar de que en Gascueña se prohibiesen aquellos llamados "arrompidos".
En el cercano pueblo de Naharros de Atienza también se llevaron a cabo
éstas prácticas, prohibidas también en una primera instancia por el
Concejo atencino en 1775, no obstante haberlas autorizado a partir de
1797.
PÁLMACES DE JADRAQUE EN LA HISTORIA
Por vez primera suena en la historia el
nombre de Pálmaces de Jadraque (Guadalajara) con motivo de las incursiones
cristianas en tierras árabes, en los primeros decenios del siglo X. Después de
que la invasión del año 711 dominasen completamente la hoy provincia de
Guadalajara, creándose por estas tierras una especie de línea defensiva ante
las incursiones provenientes desde el Norte; desde la frontera del Duero tras
la que se encontraban los reinos cristianos.
RIBA
DE SANTIUSTE, en Tierra de Castillos
Por vez primera suena en la historia el nombre de Riba de Santiuste, o
Ripa, con motivo de las incursiones cristianas en tierras árabes, en el segundo
decenio del siglo XI, con motivo de las incursiones en tierras árabes del rey
leonés Fernando I.
No obstante, es más que probable que hubiese anteriores incursiones de
los reyes cristianos después de que la invasión árabe del año 711 dominase
completamente la hoy provincia de Guadalajara, creándose por estas tierras una
especie de línea defensiva ante las incursiones provenientes desde el Norte;
desde la frontera del Duero.
LA BODERA
en tierra de plata
Esbozos
para una historia
La
población de La Bodera se encuentra en la provincia de Guadalajara, en la
comarca de la Serranía y sierra de su nombre que formó parte siglos atrás del
Común de Villa y Tierra de Atienza.
Comarca
situada al Noroeste de la provincia,
como punto de unión entre los sistemas montañosos Central e Ibérico, donde se
forman una buena parte de las serranías provinciales, entre las cimas del Pico
Ocejón y Alto Rey.
Fue, a lo
largo del siglo XIX, junto a Hiendelaencina, Alcorlo y poblaciones aledañas, una
de las poblaciones a las que se dirigió la mirada con la llamada “fiebre de la
plata”, que hizo llegar a esta parte de la provincia a multitud de buscavidas,
y de inversores, tras la riqueza minera.
Hoy es uno
más de la España despoblada. Población que sobrevive a los duros días del
invierno, que sobrevive con la llegada de la población en época veraniega.
Una
población con mucho por contar y descubrirse, esperando sean estas páginas el
inicio de ese esperado descubrimiento de su ayer, y de su hoy.
ROMANILLOS DE ATIENZA
De Lugar, a Villa
Se encuentra Romanillos de Atienza en la
Serranía de Guadalajara, y más concretamente en la Sierra de Pela, como
población fronteriza entre las actuales provincias de Guadalajara y Soria; en
clima frío, por su altura, y en una tierra hoy amenazada por la despoblación.
Fue una población importante dentro de la
comarca, en la que dominó la ganadería, y fue, quizá, una de las más antiguas
de esta tierra.
En la localidad, tras la reconquista, se
levantó una de las más interesantes iglesias románicas que el tiempo se encargó
de desvirtuar, a pesar de mantener algunos de los retablos más interesantes del
obispado de Sigüenza, labrados en el siglo XVIII.
La población comenzó a perder habitantes
mediado el siglo XX, antes trató de ser una de las punteras de la Tierra de
Atienza, logrando el título de villazgo en el primer cuarto del siglo XIX.
HIENDELAENCINA. CRÓNICAS PARA UNA HISTORIA
HIENDELAENCINA (Guadalajara), es uno de
esos pueblos cuya historia está todavía por descubrirse. Un pueblo que, de la
nada, saltó a las primeras páginas de la prensa mundial al descubrirse, en
1844, las minas de plata, quizá, más importantes de Europa.
Aquello fue un antes y un después en la vida sencilla de un pueblo perdido en la Serranía de Atienza. De aldea, a punto estuvo de convertirse en ciudad. Las páginas siguientes son una especie de “Memoria” de Hiendelaencina; en ningún caso una historia de la población, puesto que carecemos de los datos suficientes para llevarla a cabo con el rigor necesario.
RUGUILLA Y EL MONASTERIO DE ÓVILA
A cinco Kilómetros de Cifuentes, en la confluencia de tres amenos
vallejos cerrados a Saliente por el redondeado lomo de la Cuesta de la Sierra,
el pueblo de Ruguilla (Guadalajara) contornea trepando hasta la cúspide, un
cerrillo cónico cubierto por agrio peñasco de pudinga, sobre el que se alza la
castellanísima ermita de Santa Bárbara precedida de un porche sobre columnas
jónicas de alta basa; los cerros inmediatos están asimismo cubiertos de lastras
tobizas, tras ellos otros más altos aparecen tapizados de verdor gracias a los
chaparrales y sobre todo al romero, tomillo y multitud de arbustos y plantas
montaraces, con predominio de las labiadas; en las veguitas encantadoras
surcadas por múltiples arroyos, los nogales centenarios lucen en primavera la
pompa de sus enormes copas verdes, o los álamos negros y blancos agrupándose en
apretados y umbrosos sotos frente al lugar y a lo largo del pintoresco valle de
“tras la Muela”, siguen el curso de bellísimas barrancas pródigas en cascadas
rumorosas semiocultas por una vegetación rica y variada, donde figuran la
zarzamora, la madreselva, los lampazos
de enormes hojas triangulares, las malvas silvestres, las enredaderas que en
mayo esmaltan aquellos lindos rincones con la policromía de sus campánulas, y
el musgo tapiz de los peñascos multiformes…
Francisco Layna Serrano
Sí, Ruguilla fue la segunda patria chica de
Francisco Layna Serrano, pues allí se trasladó a vivir la familia cuando
nuestro historiador contaba con cinco o seis años de edad. Y cantó y escribió
sobre Ruguilla con pasión.
Es uno de esos pueblos con encanto que nos
ofrece la provincia de Guadalajara, y que a través de las páginas de esta
sencilla obra tratamos de descubrir, desde su más remoto pasado, hasta la
presente realidad.
Por sus páginas desfilan historia, folklore,
personajes, cantos, ritos, esperanzas… La crónica de un pueblo hermoso, en una
tierra hermosa, unida e alguna manera a la historia de otro de los emblemas
provinciales: El Monasterio de Óvila, que tanto nos cuenta, y tanto nos queda
por contar.
Ruguilla, el lugar que habitaron las
primitivas civilizaciones y que, allá por los inicios del siglo XVIII, se
convirtió en Villa. El rey Felipe V, apenas alcanzado el trono, dictó aquello
de: e vos damos poder e entera facultad
para que podáis poder, y tener e
pongades, Horca e Picota y Cepo, e Carcel y Cadena e Cuchillo, y Azote,
y todas las otras insignias de
Jurisdiccion que las Villas sobre si de estos reinos pueden e deben tener y
usar…
Sumario:
-I-
RUGUILLA Y SU ENTORNO GEOGRÁFICO
Pág. 9
-II-
RUGUILLA EN LA PREHISTORIA
Pág. 17
-III-
RUGUILLA EN LA HISTORIA
Pág. 25
-IV-
RUGUILLA, ENTRE LA EDAD MEDIA Y LA CONTEMPORÁNEA
Pág. 33
-V-
RUGUILLA, SIGLO XVIII
Pág. 39
-VI-
RUGUILLA, CRÓNICA DEL SIGLO XIX
Pág. 49
-VII-
RUGUILLA, CRÓNICA DEL SIGLO XX
Pág. 63
-VIII-
EL PATRIMONIO RELIGIOSO
Pág. 79
-IX-
RUGUILLA Y SUS GENTES
Pág. 91
-X-
RUGUILLA, ETNOGRAFÍA Y FOLCLORE
Pág. 107
-XI-
EL MONASTERIO DE ÓVILA
Pág. 131
EL
LIBRO
· Tapa blanda: 149 páginas
· Editor: Independently published
· Idioma: Español
· ISBN-13: 979-8648131415
· ASIN: B0892678XP
RUGUILLA Y EL MONASTERIO DE ÓVILA. El libro, pulsando aquí
El autor:
Su autor, Tomás Gismera, y su obra, han sido reconocidos en numerosas ocasiones, destacando premios recibidos como el "Alvaro de Luna", de historia, de la provincia de Cuenca, ( en dos ocasiones); "Eugenio Hermoso" (de Badajoz); "Serrano del Año" de la Asociación Serranía de Guadalajara", "Popular en Historia", del Semanario Nueva Alcarria; "Melero Alcarreño", de la desaparecida Casa de Guadalajara en Madrid; Alonso Quijano de Castilla la Mancha; Turismo Medioambiental del Moncayo, de Zaragoza; Paradores Nacionales; Radio Nacional de España; Primer Encuentro Nacional de Novela Histórica; Recreación Literaria de Córdoba; Hispania de novela hisórica; Federación Madrileña de Casas Regionales; etc.
En la actualidad es colaborador ocasional de varios medios de prensa, radio y televisión de Castilla-La Mancha y Castilla-León; siendo habitual su firma, semanal, en el bisemanario de Guadalajara "Nueva Alcarria", edición papel, en donde lleva a cabo la sección "Guadalajara en la memoria"; así como en el digital "Henares al Día"; donde tiene a su cargo la sección "Gentes de Guadalajara"; Colaborador de EsRadio Guadalajara y Alcarria TV; habiendo sido colaborador de otros medios como "Cultura en Guada"; "Arriaca", Cuadernos de etnología de Guadalara, de donde ha sido vocal del Consejo de Redacción; etc. Siendo fundador, coordinador y director de la revista digital Atienza de los Juglares, de perioricidad mensual, fundada en 2009, y reconocida como una de las mejores, en este contexto, editadas en la provincia de Guadalajara, de repercusión nacional y carácter altruista.
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